Causas de la hiperhidrosis y tratamiento

Sudar es natural, ya que gracias a esto el cuerpo regula su temperatura. Por eso, solemos sudar cuando hacemos ejercicio o cuando tenemos fiebre. Sin embargo, en ocasiones, la sudoración se produce de manera excesiva y sin ningún motivo aparente. Cuando esto ocurre, hablamos de hiperhidrosis.

hiperhidrosis

Sudar es natural, ya que gracias a esto el cuerpo regula su temperatura. Por eso, solemos sudar cuando hacemos ejercicio o cuando tenemos fiebre. Si esto no ocurriese, la temperatura se elevaría demasiado, lo que sería peligroso para la salud. Sin embargo, en ocasiones, la sudoración se produce de manera excesiva y sin ningún motivo aparente. Cuando esto ocurre, hablamos de hiperhidrosis.

Las causas de la hiperhidrosis todavía son un secreto para la comunidad médica, aunque se sospecha que pueda tener un componente hereditario. Lo que sí se sabe es que los nervios que envían señales a las glándulas sudoríparas para que eliminen sudor muestran una actividad mucho mayor que la normal en estos casos y que, a veces, la hiperhidrosis está relacionada con alguna enfermedad, por ejemplo, la diabetes.

¿Qué es hiperhidrosis?

La hiperhidrosis es, por tanto, un exceso de sudoración que suele manifestarse en las manos, los pies, las axilas y la cara principalmente. Se estima que en España afecta aproximadamente a 1 millón de personas, muchas de las que tienen problemas en su vida diaria a causa de este exceso de sudoración. Pues, una de las principales consecuencias de la hiperhidrosis es que provoca mucha vergüenza. 

De hecho, los nervios pueden incrementar todavía más la sudoración, lo que pone en un compromiso al paciente diagnosticado con esta condición. Dar la mano a un futuro socio cuando esta está empapada en sudor o sufrir de un mal olor en los pies por ese exceso de sudoración puede ser algo difícil con lo que convivir. Afortunadamente, en la actualidad existen tratamientos eficaces para poder controlar esta sudoración excesiva.

Tipos de hiperhidrosis o sudoración excesiva

Dependiendo de las causas de la hiperhidrosis, es posible diferenciar entre dos tipos: la primaria o localizada, y la secundaria o generalizada. A continuación, veremos en qué consisten cada uno de ellos. 

Hiperhidrosis primaria o localizada

Este primer tipo no se vincula a ninguna causa específica. Por lo tanto, el diagnóstico se concreta con que hay una hiperactividad en las glándulas sudoríparas que son las responsables de la sudoración excesiva. Como se desconoce la causa, en esta situación se sospecha de que pueda haber algún caso más en la familia. El tratamiento suele enfocarse en reducir la sudoración para permitir controlarla de la mejor forma posible para el paciente. 

Hiperhidrosis secundaria o generalizada

Este segundo tipo puede estar relacionado con los sofocos propios que aparecen en las mujeres durante la menopausia, la alerta de que se está produciendo un ataque al corazón o algunos problemas en la glándula de la tiroides, entre otros. Como la hiperhidrosis, en este caso, se encuentra asociada a una causa concreta, en cuanto esta se resuelve o se controla la sudoración excesiva desaparece y vuelve a ser normal. 

Síntomas y causas de la hiperhidrosis

La hiperhidrosis presenta unos síntomas muy concretos que no es posible pasar por alto. Por eso, hemos elaborado un listado con algunos de los más frecuentes, haciendo hincapié en sus características más relevantes:

  • Hiperhidrosis palmar con un exceso de sudoración en las manos que pueden llegar a gotear y a provocar que determinados trabajos no se puedan realizar por la falta de adherencia que esto llega a generar.
  • Hiperhidrosis axilar que aumenta con los nervios o el estrés y que provoca que las camisetas siempre presenten un surco bajo los brazos que puede incomodar en ciertos momentos.
  • Hiperhidrosis en los pies que favorece a que las bacterias encuentren el lugar perfecto en el que instalarse y provocar algunas infecciones en la piel.

El sudor es el síntoma característico de esta circunstancia y puede generar mucho malestar en los pacientes que no saben cómo detenerlo. Además, este exceso de sudor puede causar infecciones o, incluso, dermatitis de contacto en las manos que pueden ser difíciles de resolver debido al exceso de actividad de las glándulas sudoríparas.

Tratamientos para mejorar la hiperhidrosis

Los tratamientos que se suelen recetar para la hiperhidrosis suelen ser antitranspirantes o cremas. Aunque, en los casos más graves pueden recomendarse medicamentos que reduzcan la hiperactividad de los nervios que envían señales a las glándulas sudoríparas o inyecciones de toxina botulínica que los pueden bloquear para impedir que se produzca la sudoración. 

A veces, en los casos más extremos, puede aconsejarse la cirugía, aunque esto es para pacientes a los que las opciones anteriores no les han funcionado. El procedimiento suele orientarse a la extracción de las glándulas sudoríparas o cortar los nervios responsables.

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