La patología cardiovascular puede agravar el impacto de la COVID19

Dra. Miriam Sánchez en la consulta de Hospital Parque en Santa Cruz de Tenerife

La patología cardiovascular constituye un factor de riesgo importante de cara al pronóstico de los pacientes con COVID-19, constatándose que puede provocar manifestaciones más graves de la infección, afirma la cardióloga de Hospital Parque, Dra. Miriam Sánchez.

La Dra. Sánchez señala que la enfermedad cardiovascular, considerada la principal causa de muerte en el planeta, está asociada a factores de riesgo como la hipertensión, la diabetes, la obesidad o el tabaquismo que, destaca, son también agravantes en el caso del coronavirus.

 

 

Destaca que, según los últimos estudios realizados, hasta el 80% de los pacientes que presentaron formas graves de infección por COVID-19, que precisaron ventilación mecánica y/o fallecieron, eran obesos. Asimismo, se asocia la incidencia de esta infección a la hipertensión, hasta en un 30% de los casos; la diabetes, hasta en un 20%, y las enfermedades cardiovasculares, hasta un 15%.

Miriam Sánchez explica que el coronavirus puede afectar al corazón y generar patologías como la miocarditis o provocar complicaciones a través de la presencia de trombos que obstruyen las arterias y que pueden desembocar en un tromboembolismo pulmonar o en infartos.

En  el caso de la obstrucción arterial es necesario recurrir a la coronariografía, una técnica mínimamente invasiva aplicada en la Unidad de Hemodinamia e Intervencionismo Cardiaco, centrada en la eliminación del trombo a través de la introducción de un catéter para realizar una angioplastia, consistente en la dilatación de la arteria con un balón.

Asimismo, en la mayoría de estos casos se completa la actuación con la colocación de una malla de metal, conocida como stent, para corregir la obstrucción.

Por otro lado, en el caso de que se hayan producido eventos cardíacos, como un infarto, el tratamiento va acompañado de una rehabilitación, centrada en la realización de un programa de ejercicios que mejora el pronóstico y restituya la capacidad funcional del paciente.

 

 

En este caso, a través del equipo multidisciplinar de la Unidad de Rehabilitación Cardiaca se establece un programa de actividad física que incluya la práctica de ejercicio, tanto aeróbico como de tonificación muscular, así como un cambio de los hábitos de vida para reducir los factores de riesgo.

Miriam Sánchez añade que en el caso de las personas con patologías coronarias o que tengan síntomas sospechosos, es necesario realizar el seguimiento correspondiente por parte de un especialista.

Asimismo, de cara a la prevención de las enfermedades cardiacas apunta que resulta clave la incorporación de pautas de alimentación y ejercicio que mejoren el estado de salud. En este sentido, recomienda la ingesta de cinco porciones de frutas y vegetales al día, limitar el consumo de alimentos procesados y envasados, realizar al menos 30 minutos de actividad física moderada cinco veces por semana y erradicar el tabaco.