Hospital Parque Tenerife apuesta por técnicas de última generación para la hiperplasia benigna de próstata

La apuesta por técnicas mínimamente invasivas que mejoran la recuperación del paciente y reducen el riesgo de efectos secundarios, especialmente el sangrado, sitúa a Hospital Parque a la vanguardia en el tratamiento de la hiperplasia benigna de próstata, una patología que afecta a más del 60% de los varones mayores de 50 años y que puede alcanzar el 90% en los de 80 años.

Los urólogos de Hospital Parque David Hernández y Víctor Ramos señalan que la hiperplasia benigna de próstata se produce como consecuencia de un sobrecrecimiento de la parte central de la próstata, conocida como adenoma, que provoca que se constriña la uretra y genere dificultad para orinar. 

Como consecuencia de ello, aparecen síntomas como la reducción de la presión del chorro urinario, la necesidad de orinar con frecuencia, la sensación de no vaciar la vejiga completamente y el goteo postmiccional.


 

David Hernández y Víctor Ramos destacan que la fotovaporización con láser verde y el tratamiento mediante vapor de agua suponen un avance significativo en el tratamiento de esta patología, ya que reducen el riesgo de sangrado, que es una de las complicaciones más habituales de las técnicas convencionales, facilitando una rápida recuperación del paciente.

Asimismo, destacan que en el caso del tratamiento con vapor de agua se consigue ir más allá, de forma que se conserva la eyaculación en más del 90% de los casos, uno de los problemas más comunes asociadas al resto de terapias.

El tratamiento de la hiperplasia benigna de próstata mediante fotovaporización con láser verde es el método que cuenta con un riesgo de complicaciones más bajo, ya que utiliza un tipo de energía afín con los vasos sanguíneos, lo que mejora la coagulación y reduce el sangrado. Esta peculiaridad hace que incluso pueda ser aplicado en pacientes que toman anticoagulantes.

En este caso, se aplica láser verde de alta energía en la zona del adenoma prostático, consiguiendo la eliminación del exceso de tejido que produce la obstrucción. El procedimiento se lleva a cabo con anestesia espinal o general y el paciente permanece ingresado entre 24 y 48 horas.

Por otro lado, en el caso de la terapia térmica con vapor de agua, a través de una microaguja, se inyecta vapor de agua en la parte central del adenoma prostático, reduciendo el volumen y, por tanto, los síntomas de la hiperplasia benigna de próstata.

Los urólogos de Hospital Parque explican que uno de los aspectos más relevantes de dicha técnica es que es la única que garantiza la conservación de la eyaculación en más del 90% de los casos. Un aspecto que cobra especial importancia, teniendo en cuenta que en el resto de intervenciones, la gran mayoría de los afectados presentan alteraciones.

Asimismo, añaden que la técnica se lleva a cabo de forma ambulatoria, con anestesia local y sedación consciente, lo que permite que el paciente reciba el alta el mismo día de la intervención.

Por otro lado, inciden en que ambas técnicas, además de ofrecer buenos resultados, permiten que en el plazo de una semana el paciente pueda retomar su actividad habitual.