Hospital Parque Tenerife crea una Unidad de Miembro Superior especializada en mano, muñeca y codo

Hospital Parque pone en marcha la primera Unidad de Miembro Superior privada de Tenerife especializada en mano, muñeca, codo y microcirugía, que incluye la atención integral y multidisciplinar de algunas de las patologías más frecuentes en la población.


Este nuevo servicio cuenta con los traumatólogos Eva Pérez y Fernando Linares, especialistas en miembro superior, además de un terapeuta ocupacional para la rehabilitación de la mano.


La coordinadora de la unidad, Eva Pérez, señala que las patologías de mano y muñeca cuentan con una elevada prevalencia en la población dentro del área de traumatología, ya que afecta tanto a disfunciones de origen traumático como a problemas degenerativos, cuya incidencia aumenta con la edad. De esta forma, añade, se atiende una amplia variedad de problemas, que van desde fracturas de muñeca o falanges hasta el túnel carpiano o la artrosis. 


La traumatóloga de Hospital Parque afirma que una de las afecciones más frecuentes de la mano es la rizartrosis del pulgar, centrada en un trastorno degenerativo de la articulación trapecio-metacarpiana.


Apunta que esta patología representa el 10% de la artrosis de los miembros, que presenta especial incidencia en mujeres posmenopáusicas y mayores de 50 años. Asimismo, señala que puede aparecer asociada a otras enfermedades de la mano, como el síndrome del túnel carpiano o la tenosinovitis de De Quervain.



Añade que, en otras ocasiones, se produce por un uso repetido del pulgar, lo que conlleva una sobrecarga de la articulación, incrementando la compresión en las superficies articulares y lesionando el cartílago.


Eva Pérez explica que los principales síntomas asociados a la rizartrosis del pulgar se centran en la presencia de dolor que, en las fases iniciales, se hace más patente en los movimientos de pinza, mientras que en las fases avanzadas se detecta incluso en reposo. 


Otra de las manifestaciones es la pérdida de fuerza, a lo que se suma la deformidad del dedo en las fases más avanzadas, como consecuencia de una mayor rigidez de la articulación, lo que produce una pérdida de movilidad.


La traumatóloga de Hospital Parque señala que el diagnóstico de la rizartrosis de pulgar se lleva a cabo mediante una radiografía, optándose por un tratamiento conservador como primera, mediante medicación, fisioterapia, ortesis e infiltración articular.


El tratamiento quirúrgico se limita a aquellos casos en los que se produce dolor, deformidad del dedo o incapacidad funcional que interfiere con las actividades de la vida diaria y que no responde al tratamiento conservador.


Eva Pérez señala que en lesiones iniciales se recurre a técnicas mínimamente invasivas, como la artroscopia del pulgar, mientras que en los casos más avanzados la solución pasa por el reemplazo articular mediante prótesis o la realización de trapecectomías totales.