Que el calor no dañe nuestra salud

Dra. Sibylle Walther médica general de Hospital Parque Llevant en la consulta del centro

Disfrutar del verano y las altas temperaturas es posible con los consejos de la Dra. Sibylle Walther, médico general en Hospital Parque Llevant, quién explica en que casos preocuparnos y cómo sobrellevar las altas temperaturas.


Con la subida de la temperatura ambiental se produce también una subida de la temperatura corporal. El metabolismo multiorgánico cambia, y se ve interferido por este cambio de temperaturas. Así, la piel y las mucosas están más secas y se reduce la respiración superficial. Al mismo tiempo, la transpiración y sudoración suben y acabamos llegando a una descompensación de minerales y electrolitos por falta de líquidos.

Ante esta situación surgen las enfermedades por calor, unas enfermedades causadas por un sobrecalentamiento agudo que el organismo no es capaz de compensar fisiológicamente. 

 

Síntomas

Los primeros síntomas que pueden alertarnos sobre una sobre un exceso de calor en nuestro organismo son diversos y pueden ser más o menos débiles. Entre ellos encontramos la sensación de calor y de fiebre, tener mucha sed, inapetencia, mareos, nauseas, taquicardia, nervios, una bajada de la tensión arterial, calambres musculares o hasta convulsiones.


Normalmente los pacientes más afectados por el calor suelen ser gente mayor, niños, deportistas o gente con enfermedades previas.

 

Enfermedades causadas por las altas temperaturas

Principalmente distinguimos tres enfermedades asociadas directamente al calor: la insolación, el agotamiento por calor y el golpe de calor.

  • La insolación es el resultado de una exposición solar excesiva de nuestra cabeza, por ejemplo durante un baño, al hacer deporte o simplemente por tomar el sol un tiempo prolongado. El calor puede provocar una irritación de las meninges con síntomas como dolor de cabeza, rigidez en el cuello, náuseas y vomito, sensación de calor en la cabeza o fiebre.
  • Por otra parte, el agotamiento por calor se produce por un sobrecalientamiento del cuerpo (entre 37 - 40 grados) , junto con una deshidratación. Los síntomas que presenta suelen ser fiebre, escalofríos, náuseas, vómitos, malestar, inapetencia, debilidad y fatiga, taquicardia, presión arterial baja que puede llegar a la pérdida del conocimiento, sed, alteraciones visuales y sudor.
  • Finalmente, hablamos de golpe de calor  cuando la temperatura corporal sube por encima de los 40 grados, lo que provoca una alteración del sistema nervioso central y delirio, conciencia nublada, alucinaciones, agitación, convulsiones y hasta el estado de coma. 


Por ello, si presenta alguno de estos síntomas se recomienda acudir inmediatamente a su médico de familia para tratar la situación y evitar complicaciones que podrían suponer un riesgo importante para su salud, que incluso pueden llegar a la muerte. 

Además, cabe destacar qué pacientes con enfermedades crónicas pueden ver empeorada su salud debido al calor. Especialmente pacientes en tratamiento de hipo o hipertensión o enfermedades cardiovasculares. 

Un bajón de la presión arterial y una deshidratación podrían causar efectos muy graves en personas diabéticas, personas immunodeprimidas, a las que se recomienda evitar el calor, personas con obesidad o personas con hipertiroidismo. 

 

Prevención

Evitar factores de riesgo es esencial para este tipo de patologías. No tomar el sol al mediodía y horas puntas, mantener nuestra casa fresca y ventilada, hidratar nuestro cuerpo por dentro con bebidas, siempre sin alcohol y con electrolitos adecuados, y por fuera con una ducha fría, consumir comida ligera, por ejemplo: gazpacho, sandias, melones, tomates…, llevar ropa ligera y adecuada, preferiblemente de algodón o lino, cubrirnos la cabeza o evitar esfuerzos al aire libre especialmente si hay temperaturas superiores a los 29 grados son algunos sencillos pasos que pueden ayudarnos a sobrellevar el calor y además evitar enfermarnos por ella. 


Si, a pesar de todo, el calor le juega una mala pasada, debe ir inmediatamente a un lugar fresco, con sombra y ventilación, descansar y tomar una ducha fría junto a una bebida isotónica. En cualquier caso, recuerde que si se producen complicaciones tiene a su disposición el servicio de medicina general de Hospital Parque Llevant y el servicio de Urgencias las 24 horas del día.