¿Nos falta concienciación sobre la importancia de nuestra salud auditiva?

Dr. José Manuel Meléndez, otorrinolaringólogo de Hospital Parque Llevant

El baño en las piscinas y playas es una de las actividades que realizamos más frecuentemente en que representa sinónimo de diversión y vacaciones, sin embargo, el hecho de permanecer durante más tiempo en un ambiente húmedo y realizar prácticas acuáticas puede provocar que estemos más expuestos a sufrir infecciones o problemas auditivos.

 

 

Hospital Parque Llevant pretende ofrecerles algunos consejos para prevenir estas patologías y acercarles un poco más al cuidado de nuestra salud auditiva. Para ello, hablamos con el Dr. José Manuel Meléndez, otorrinolaringólogo de su cuadro médico de especialistas.

 

¿Por qué son más frecuentes las infecciones de oído en verano?

 

Cuando hablamos de infecciones de oído hacemos referencia, por lo general, a las otitis externas difusas. Los baños en piscinas y playas, además del calor, propician su aparición, por lo que esta infección también es conocida como otitis del nadador.

La otitis externa es una de las infecciones más comunes, que en su gran mayoría se producen en verano. Ocurren en condiciones de alta humedad y temperatura, comúnmente con el aumento de la exposición al agua al nadar.

 

 

¿Qué podemos hacer para prevenirlas?

 

Las estrategias para prevenir la otitis externa tienen como objetivo limitar la acumulación de agua y retención de humedad en el conducto auditivo externo.

Debemos saber qué otra causa predisponente, además del calor y la humedad, es la limpieza excesiva del conducto con elementos no apropiados que pueden generar traumatismos locales.

 

 

¿Cuáles serían sus consejos para el cuidado de nuestros oídos en verano?

 

Es fundamental la prevención, ya que al evitar los factores precipitantes disminuiremos también la posibilidad de padecerlas. Por tanto, mis principales consejos serían:

  • Es importante secar la parte externa del oído y la entrada del conducto al salir del agua.
  • No sumergirse durante demasiado tiempo y evitar en lo posible la entrada de agua.
  • Evitar los baños en aguas potencialmente contaminadas.
  • No usar bastoncillos u otros objetos para limpiar o rascar el oído.
  • Utilizar un secador de pelo a una distancia prudencial, para ayudar a secar el oído.
  • En caso de que el agua quede retenida en el conducto auditivo se pueden aplicar unas gotas de alcohol boricado a saturación. Ésta es una fórmula que nos preparan en las farmacias.
  • Antes de las vacaciones, someterse a una limpieza por parte de un profesional sanitario para eliminar el cerumen obstructivo.

 

 

A quién afecta más esta patología, ¿a niños o a adultos?

 

En general, niños, adolescentes o adultos, pueden verse afectados. No obstante, es más frecuente en niños entre 5 y 14 años, y evidentemente en nadadores. La otitis externa es poco común antes de los 2 años.

 

¿Nos falta concienciación sobre la importancia de nuestra salud auditiva?

 

Diría que sí existe falta de concienciación de la población en general sobre la importancia de la salud auditiva. La gran mayoría de personas reconoce prestar poca atención a sus oídos. Los jóvenes son quienes menos lo hacen, ya que casi siempre la pérdida de audición asociada a la exposición prolongada de ruidos no tendrá un efecto inmediato.

 

 

¿Cuándo debemos acudir a la consulta?

Si se sospecha una otitis externa, se debe acudir al médico y además es recomendable hacerlo al detectarse los primeros síntomas. Esta será la manera más rápida de aliviar el dolor y evitar que la infección se extienda. A pesar de no ser una enfermedad grave, produce una gran morbilidad principalmente por el dolor.

La recomendación básica, ante la sospecha de una otitis externa, es no mojar el oído y tomar algún analgésico como paracetamol o ibuprofeno para aliviar el dolor. La otitis externa es una patología generalmente infecciosa que puede ser tratada la mayor parte de las veces con gotas antibióticas tópicas pero, como es de sobra conocido, no deben administrarse antibióticos sin prescripción médica